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Aunque a menudo queda un poco eclipsada por su famosa vecina la Toscana, un poco más al noroeste, la región de Umbría es uno de los secretos mejor guardados de los que conocen bien la zona. En el «corazón verde» de Italia, el paisaje está salpicado de lomas tapizadas de olivares y viñedos, y casi todas sus impresionantes ciudades medievales parecen asomarse de forma espectacular de la cima de una colina. La llaman también «La Terra dei Santi» (la tierra de los santos). Y es que aquí nacieron cientos de ellos, como San Valentín, San Francisco o San Benito. Además, por donde mires hay iglesias y capillas dedicadas a ellos y a sus milagros. Umbría no tiene salida al mar ni frontera con ningún otro país. Eso ha hecho que haya sabido guardar muy bien sus tradiciones más antiguas en una zona que también es rica en monumentos etruscos, romanos y de origen medieval. Por supuesto, aquí la comida es para chuparse los dedos (¡estamos en Italia!). La región es muy conocida por sus trufas, jamones y quesos, y aquí se producen unos vinos excelentes.

Asís presume de ser el lugar donde nació en 1181 San Francisco de Asís, el patrón de los animales. Esta bonita ciudad medieval de piedra rosa, que se asienta sobre las laderas del monte Subasio, es una de las más visitadas de Umbría, gracias justamente al legado de este famoso habitante. Muchos peregrinos viajan hasta aquí para rezar en el lugar donde fue enterrado, la inmensa basílica de San Francisco, construida en su honor entre 1228 y 1253 y decorada con hermosos frescos, que ahora es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El parque del monte Subasio, que se encuentra en los alrededores, está impregnado de la historia de San Francisco. Puedes seguir los pasos del santo y sumergirte en este paraje natural siguiendo algún itinerario de senderismo de una red de rutas muy bien planificada o adentrándote en sus caminos de tierra, ideales para montar a caballo y hacer ciclismo de montaña.

Aunque a Umbría no le faltan ciudades espectaculares sobre sus colinas, cuando veas por primera vez Orvieto, asentada sobre una enorme elevación de roca volcánica que se alza sobre la planicie del sudoeste de Umbría, probablemente te quedarás sin palabras. La joya de la corona de la ciudad es su espectacular Duomo, una obra maestra del gótico del siglo XIV conocida por su impresionante fachada, que tardó unos 300 años en completarse. La catedral se construyó para conmemorar un milagro acontecido en Bolsena en 1263, cuando se dice que empezó a brotar sangre de una hostia consagrada, algo que confirmaba la transubstanciación. En su interior, la capilla de San Brizio está decorada con los majestuosos frescos del Juicio Final del pintor renacentista Luca Signorelli, de quien se dice que influyó en la obra de Miguel Ángel. Mientras estás en Orvieto, visita también la necrópolis etrusca (lugar donde los etruscos hacían sus enterramientos). Tiene 2600 años de antigüedad y se encuentra justo a los pies de la ciudad. En el pasado, se llegó a usar como bodega, refugio para protegerse de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y un medio para escapar de los asedios. Si quieres conocerla, se pueden hacer visitas guiadas.

Si te gusta comer bien y pasas por Umbría, tienes que ir obligatoriamente a la ciudad de Nursia. Se encuentra en las faldas de los montes Sibilinos, y es uno de los epicentros gastronómicos de Italia. Es famosa por sus exquisitos jamones, salamis, lentejas, quesos y una de las delicatessen más escurridizas de la zona: la trufa. Si vienes en verano, podrás lanzarte a la caza de la trufa negra, más común que la blanca, que también se puede encontrar en otoño, aunque con más dificultad. La Piazza San Benedetto es la plaza principal y el corazón de esta bonita ciudad y lleva el nombre de su morador más conocido, San Benito. Aquí se encuentra también una basílica gótica dedicada al santo. En primavera, las praderas de Piano Grande que la rodean se inundan de coloridas flores silvestres. Además, puedes hacer rutas muy interesantes en el Parque Nacional de los Montes Sibilinos, cuyo pico más alto es el Monte Vettore, de 2476 metros de altitud. Puedes hacerte con mapas en Nursia, los senderos están bien señalizados y el parque ofrece un servicio de rutas guiadas.

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